El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, se ha unido a la presidenta Claudia Sheinbaum en la defensa de las remesas que envían los migrantes mexicanos en Estados Unidos, enfatizando que la propuesta de gravarlas con un impuesto del 5% es discriminatoria y viola el convenio bilateral entre México y EUA. Esta iniciativa, que ha sido aprobada por una comisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, busca recaudar fondos para financiar exenciones fiscales y proyectos de seguridad fronteriza, pero ha generado un fuerte rechazo en México.
Contexto de la Propuesta
La propuesta de impuesto a las remesas ha sido vista como una medida que afectaría desproporcionadamente a los migrantes y sus familias en México. Las remesas son una fuente vital de ingresos para muchas comunidades, especialmente en estados como Michoacán, Jalisco y Guanajuato, que recibieron importantes cantidades en el primer trimestre de 2025[1]. El gobierno mexicano argumenta que este impuesto sería una doble tributación, ya que los ingresos de los migrantes ya están gravados en Estados Unidos[5][7].
Impacto Económico y Social
El impacto económico de este impuesto podría ser significativo, no solo para México sino también para Estados Unidos. Según estimaciones, si se aprueba el impuesto, los mexicanos podrían dejar de consumir alrededor de 100 mil millones de dólares al año en el mercado estadounidense[1]. Esto no solo afectaría a las familias mexicanas que dependen de las remesas, sino que también tendría un efecto negativo en la economía estadounidense.
Principales Argumentos en Contra del Impuesto
- Doble Tributación: El impuesto viola el Tratado para Evitar la Doble Tributación entre México y EUA, vigente desde 1994, ya que los ingresos de los migrantes ya están gravados en Estados Unidos[5][7].
- Discriminación: La propuesta es discriminatoria, ya que solo afectaría a los migrantes y
